CUIDADO PSICOLOGICO DE FAMILIARES DE PERSONAS CON DEMENCIA

Intervención psicológica con familiares de personas con
demencia
El envejecimiento de la población, debido a fenómenos como el aumento de la esperanza de vida y la reducción de
la natalidad, plantea importantes desafíos para la sociedad. Entre otros, el envejecimiento se asocia a fragilidad y aumentan de forma significativa los casos de personas que padecen problemáticas asociadas a la dependencia, como las
demencias. Un estudio reciente, realizado por de Hoyos-Alonso, Bonis, Tapias-Merino y Otero (2016) estima la prevalencia de la demencia en personas españolas mayores de 65 años en un 5.91%, dato muy similar a los encontrados
en estudios similares, como el realizado por Prince, Bryce, Albanese, Wimo, Ribeiro y Ferri (2013), en el que se estimaba que 35,6 millones de personas padecían demencia en el mundo en 2010, cifra que se espera que se duplique
cada veinte años, con cifras próximas a los 115,4 millones en 2050. Tomando en consideración que las personas con
demencia necesitan ayuda de otras personas para poder desenvolverse adecuadamente en el día a día, y que la mayoría de la atención, supervisión o cuidados que reciben es proporcionada por familiares, son millones las familias que
en la actualidad atienden a familiares que sufren demencia. Específicamente, se estima que entre un 70 y un 81% de
las personas con demencia viven en la comunidad (Brodaty y Donkin, 2009), y que en torno al 75% de la ayuda que
reciben es proporcionada por familiares o amigos (Schulz y Martire, 2004). Se estima igualmente que aproximadamente el 84% de las personas que cuidan son mujeres (IMSERSO, 2005), dedicando unas 11 horas diarias al cuidado
(IMSERSO, 2005), durante un tiempo que se puede extender unos 10 o 15 años (Alzheimer’s Disease International,
2009). Debido a fenómenos como la reducción de la natalidad, la incorporación de las mujeres al trabajo, y otros factores, la disponibilidad de cuidadores (tanto principales como secundarios) se está reduciendo, lo que incrementa de
forma significativa las dificultades a las que se enfrentan los cuidadores (Wolff y Kasper, 2006).
Como se puede observar en la Tabla 1, las tareas a las que han de enfrentarse los cuidadores en el día a día del cuidado son múltiples y muy demandantes.
Dado el tiempo prolongado al que, como se ha mencionado, los cuidadores han de enfrentarse a las demandantes
tareas descritas en la Tabla 1, y el elevado número de horas diarias que dedican a estas tareas, no es de extrañar que
el cuidado familiar de personas con demencia haya sido descrito como una situación prototípica de estrés crónico
(Viatliano y otros, 2004) e, incluso, como un experimento natural de estrés extremo

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