El maltrato en el ámbito familiar está asociado al maltrato físico, que es la forma más fácil de identificarlo, pero no es la más frecuente. Puede estar asociado a otras formas de maltrato como la negligencia, el maltrato emocional y el abuso sexual.
Cualquier caso de negligencia grave en el cuidado físico, alimentico y sanitario junto con los malos tratos físicos producen una elevada mortalidad en los menores de tres años.
El maltrato físico se puede observar a través de una serie de lesiones, que suelen ser las más comunes, y de las cuales suelen ser atendidos los menores. Estas son: lesiones en la piel y en la mucosa (la forma más frecuente), quemaduras (las más llamativas), traumatismos craneoencefálicos provocados (la causa más frecuente de muerte). Otras formas graves en las que se observan los malos tratos con las lesiones de vísceras huecas o sólidas, las fracturas óseas y las intoxicaciones no fortuitas.
Estas lesiones provocadas tienen unas características específicas de localización, de forma, y de color, a las que se producen por accidente o de forma fortuita.
Posibles consecuencias.
Los malos tratos físicos de los que estamos hablando van a tener consecuencias, negativas, sobre el crecimiento y desarrollo del niño con repercusiones clínicas como pueden ser: anorexia, bulimia, enuresis, encopreseis, retraso en el crecimiento no orgánico. En estos casos también deben considerarse como posible etiología otro tipo de maltrato como es el emocional.