EVALUACION FORENSE DEL ABUSO INFANTIL

El maltrato y el abuso sexual infantil no son problemas recientes, si bien actualmente son múltiples los casos que aparecen en los medios de comunicación y de los que tenemos conocimiento. En mayor o menor medida, los malos tratos a la infancia son una constante histórica, que se produce en todas las culturas y sociedades y en cualquier estrato
social (Echeburúa & Guerricaechevarría, 2001).
El abuso sexual infantil, no obstante, ha sido una de las tipologías de maltrato más tardíamente estudiada. La investigación sobre maltrato infantil se inició focalizándose, casi exclusivamente, en el análisis de los malos tratos de tipo físico (Arrubarrena & De Paúl, 1999). Sin embargo, cuando se abusa sexualmente de un niño o niña no sólo hay un
daño físico, sino que generalmente existe también una secuela psicológica. Debido a la ausencia, en numerosas ocasiones, de un daño físico visible, así como a la no existencia de un conjunto de síntomas psicológicos que permitan su
detección y diagnóstico unívoco, el abuso sexual infantil ha sido una tipología difícil de estudiar. Por otro lado, se
añaden las dificultades relacionadas con el tabú del sexo y, en especial, al relacionar éste con infancia, así como el
escándalo social que implica su reconocimiento (Díaz, Casado, García, Ruiz, & Esteban, 2000).
El descubrimiento del abuso sexual infantil como maltrato frecuente y con importantes y perdurables efectos psicológicos, tanto a corto como a largo plazo, ha dado lugar en la última década a un notable crecimiento de los estudios
sobre este tema, tanto a nivel nacional como internacional. Si bien en países como Estados Unidos el estudio de esta
problemática se inició hace ya algunos años (Kempe, 1978), en nuestro país, el aislamiento sociopolítico y el escaso
desarrollo de los sistemas de protección social durante el período de la dictadura, han producido un retraso en su estudio y, sobre todo, en el conocimiento y la sensibilización social al respecto. No obstante, durante las últimas décadas han surgido importantes publicaciones que han favorecido el avance del conocimiento sobre este problema, así
como el establecimiento de datos nacionales que han permitido la comparación con el resto de países occidentales y
que muestran que, en España, el abuso sexual infantil es también una realidad (López, 1994).
Como veremos a lo largo de esta unidad, no nos encontramos ante hechos aislados, esporádicos o lejanos, sino ante un
problema universal y complejo, resultante de una interacción de factores individuales, familiares, sociales y culturales.
Debemos tener en cuenta que a nivel estatal, actualmente tanto la Constitución española como el Código Civil mencionan de forma explícita la protección a la infancia, así como la obligación de comunicar a la autoridad competente
aquellos casos de malos tratos de los que se tenga conocimiento. Se hace, por tanto, necesario conocer en profundidad esta tipología de maltrato infantil, dado el efecto que la existencia de conocimientos erróneos, o la falta de conocimientos, puede tener en la detección, notificación y tratamiento de estas víctimas y de sus agresores.

FUENTE FOCAD

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