La mayor parte de la recuperación neurológica ocurre en los primeros seis meses después de la lesión cerebral. La duración máxima no está bien definida aunque sabemos que unas áreas se recuperan más fácilmente, pero siempre pueden existir factores que enlentezcan la recuperación. No obstante la recuperación del niño/a con DCA va a depender de factores como la edad en la que se produjo el daño sobrevenido, la severidad de la lesión, si la patología es focal o generalizada, la lateralización y localización de la lesión, así como la edad en la que se evalúa al paciente.
Ideas erróneas sobre el daño cerebral adquirido infantil.
Siempre se ha creído que si el daño cerebral ocurre en la primera infancia sobre todo en el caso de los traumatismos craneales las secuelas son menores que en el adolescente y adulo. Sin embargo esta idea es errónea, ya que según estudios muy pocos niños /as podrán volver al nivel de funcionamiento escolar. Por lo tanto, la infancia deberá ser el campo predilecto de intervención terapéutica, ya que los efectos de DCA no son estáticos y pueden no estabilizarse o mostrarse sólo parcialmente hasta que el desarrollo cerebral se ha completado y todas las funciones cognitivas superiores han emergido, esto ocurre en gran parte a los 12 años.
La expresión del daño en el niño/a no tiene por qué provocar pérdidas de función como ocurre en adultos, sino un fallo en desarrollar habilidades cognitivas y capacidades comportamentales al nivel del grupo de edad (Fournier, 2003).