Las preocupaciones o dudas sobre la identidad de género pueden aparecer en diferentes momentos del ciclo vital
(APA 1994) desde los primeros 2-3 años de edad y a menudo interfiere con las actividades diarias. En niños mayores,
impide el desarrollo de relaciones típicas con niños de su edad y mismo sexo y puede conducir al aislamiento respecto a sus pares y a experimentar angustia. Algunos niños pueden negarse a asistir a la escuela debido a las burlas y el
acoso o por la presión de vestir acorde a su sexo de nacimiento.
Algunos niños en edad preescolar pueden presentar comportamientos generalizados de sexo contrario y puede presentar el deseo expreso de ser del otro sexo, o menos habitualmente, pueden etiquetarse a sí mismos como un miembro del otro género.
Los niños pequeños son menos propensos que los niños mayores, adolescentes y adultos para expresar disforia anatómica extrema y persistente.

En los adolescentes y adultos, la incongruencia entre el género sentido como propio y el sexo somático es una característica central del diagnóstico. Los factores relacionados con el malestar y la incapacidad también varían con la
edad. Un niño muy pequeño puede mostrar signos de malestar (angustia) (por ejemplo llanto intenso) únicamente
cuando los padres le dicen al niño que él o ella no es “realmente” un miembro del otro género, que sólo desea serlo.
La angustia puede no manifestarse en ambientes que apoyen el deseo del niño de vivir en el rol del otro género y puede aparecer solo si el deseo es interferido.
En los adolescentes y adultos, la angustia puede manifestarse debido a una fuerte incongruencia entre el género sentido y el sexo somático. Tal sufrimiento puede, sin embargo , ser mitigado en un ambiente de apoyo y el conocimientos de que existen tratamientos médicos para reducir la incongruencia .
En algunos casos, el deseo expreso de ser del otro género aparece más tarde, generalmente en la entrada a la escuela
primaria. Una pequeña minoría de los niños expresan incomodidad con su anatomía sexual o expresará el deseo de
tener una anatomía sexual que corresponda al género sentido (“disforia anatómica”). Las expresiones de disforia anatómica se vuelven más comunes en niños con disforia de género cuando se aproxima la pubertad.
La disforia de género de aparición temprana comienza en la infancia y continúa hasta la adolescencia y la edad
adulta, o bien, hay un período intermitente en la que la disforia de género puede remitir transitoriamente y estos individuos pueden autoidentificarse como gays u homosexuales , seguido por la reaparición de la disforia de género.
La disforia de género de inicio tardío se produce más tarde en la vida. Algunos de estos individuos informan haber
tenido el deseo de ser de otro género en la infancia pero no expresaron verbalmente esto a los demás. En este caso,
las personas de su entorno no recuerdan ningún signo de disforia de género en la infancia en estas personas.
En los varones adultos existen dos evoluciones diferentes. La primera es una continuación de síntomas que se presentan desde la niñez o desde las primeras etapas de la adolescencia. En la segunda aparecen más tarde y de manera
más gradual en las primeras etapas o en las etapas intermedias de la vida adulta con frecuencia después de y algunas
veces junto a transvestismo fetichista. (APA 1994)
En mujeres adultas y adolescentes el curso más común es el inicio temprano de disforia de género. El inicio tardío es
mucho menos común en las mujeres de nacimiento comparado con los hombres de nacimiento.
Por lo general, el sujeto manifiesta preocupación, incertidumbre por su identidad de género, llegando en ocasiones a
ser esta experiencia tan intensa que aparentemente se convierte en el aspecto central de su vida.

Fuente Focad