Las disglosias son los trastornos de la articulación de los fonemas por alteraciones orgánicas de los órganos
periféricos del habla y de origen no neurológico central.
Antes se denominaban disglosias orgánicas. Todos los trastornos que afectan a los órganos responsables de la articulación de los sonidos son causas que motivan la disglosia. Estas causas pueden ser:
Malformaciones congénitas craneofaciales
Trastornos de crecimiento
Anomalías adquiridas como consecuencia de lesiones en la ⑨ estructura orofacial o de extirpaciones quirúrgicas
Ejemplos de dichos trastornos orgánicos que pueden motivar la presencia de disglosia son:
Arcadas dentarias: maloclusión por malformación, atresia o resección mandibular.
Paladar óseo: fisura palatina, traumatismo.
Velo del paladar: parálisis, velo largo.
Labios: labio leporino, parálisis, fisura.
Lengua: anquiloglosia, parálisis, glosectomía, malformación ⑨ Cavidad nasal: malformación, traumatismo.
Se dan tres circunstancias relacionadas con dichas alteraciones que, aunque no constituyen una causa directa de disglosias, son factores que se relacionan con la misma y que empeoran el cuadro patológico, ya que no favorecen los mecanismos compensadores que el individuo podría poner en práctica espontáneamente para mejorar su habla y suelen interferir negativamente en el curso del tratamiento. Son causas de que el sujeto afectado no evolucione tan positivamente como podría hacerlo:
Deficiencia intelectual en grado variable, a menudo presente en los síndromes congénitos que afectan la estructura craneofacial.
Deprivación psicosocial como consecuencia del aspecto físico y las dificultades fisiológicas derivadas de las alteraciones anatómicas
Hipoacusia, como consecuencia de una inadecuada estructura y/o fisiología neuromuscular de la porción faringea de la trompa de Eustaquio, o bien por alteraciones óticas propias de un síndrome congénito.