Los síntomas de depresión en niños pueden variar, y es importante señalar que la depresión en niños puede manifestarse de manera diferente a la depresión en adultos. Algunos posibles síntomas de depresión en niños incluyen:
- Tristeza persistente: Un estado de ánimo triste o irritable que dura la mayor parte del día, casi todos los días.
- Pérdida de interés en actividades: Desinterés o falta de placer en actividades que solían disfrutar, incluyendo juegos y actividades sociales.
- Cambios en el apetito o el peso: Pueden experimentar cambios en el apetito, ya sea comiendo más o menos de lo habitual, lo que puede llevar a cambios en el peso.
- Problemas de sueño: Dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido o dormir demasiado.
- Fatiga o falta de energía: Sensación constante de cansancio y falta de energía, incluso después de períodos de descanso.
- Sentimientos de inutilidad o culpa: Los niños pueden expresar sentimientos de inutilidad, baja autoestima o culpabilidad excesiva.
- Dificultades en la concentración: Problemas para concentrarse, tomar decisiones o recordar cosas.
- Irritabilidad o cambios en el comportamiento: Pueden volverse más irritables, agresivos o retraídos. También puede haber cambios en el rendimiento académico.
- Quejas físicas: Dolores de cabeza, problemas estomacales u otras quejas físicas sin causa médica aparente.
- Pensamientos sobre la muerte o el suicidio: En casos graves, los niños pueden expresar pensamientos sobre la muerte o el deseo de morir.
Es fundamental que los padres, cuidadores y profesionales de la salud estén atentos a estos signos y busquen la ayuda adecuada si sospechan que un niño está experimentando depresión. La intervención temprana puede marcar la diferencia en el tratamiento y la recuperación.