TDAH EN ADULTOS

Hoy se considera que el TDAH puede ser el trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en los adultos (Weiss G. 1999). La prevalencia en adultos se sitúa en torno al 4,4%. 2/3 de los niños con TDAH continúan con síntomas en la edad adulta.
El TDAH puede evolucionar de varias formas en la vida adulta:

Presentarse sólo con síntomas residuales
Persistir con limitación funcional pero bien adaptado
Presencia de otros trastornos mentales o problemas añadidos (delincuencia, alteraciones de conducta, fracaso laboral…)
La evolución del TDAH está influenciada por diversos factores:

Existencia o no de hiperactividad.
Síntomas asociados: agresividad, labilidad emocional.
C.I.(cociente intelectual).
Comorbilidad: trastornos de conducta, ansiedad, depresión.
Patología familiar.
Nivel socioeconómico.
En el adulto la clínica es parecida pero con una variación en los síntomas. La hiperactividad suele disminuir.El adulto con TDAH es desorganizado, olvidadizo, gestiona mal el tiempo e inicia muchas tareas pero finaliza pocas. No es rara una historia previa de múltiples empleos y relaciones. Emocionalmente tienen poca tolerancia a la frustración, se muestran inseguros e irritables en ocasiones.

El adulto con TDAH no es capaz de activar y controlar adecuada y simultáneamente las siguientes funciones: prestar atención, iniciar y detener acciones, mantenerse alerta, esforzarse, utilizar la memoria a corto plazo.El déficit de atención y la impulsividad pueden originar accidentes laborales, domésticos y de tráfico, problemas de pareja y en las relaciones interpersonales, problemas de rendimiento laboral. Esto genera sentimientos de tristeza y fracaso. En ocasiones hay abuso de sustancias, abuso de alcohol… El TDAH presenta un factor de riesgo independiente para desarrollar un trastorno por consumo de sustancias. La tasa de uso/abuso de sustancias en TDAH no tratados es tres veces mayor que en la población general. La presencia de un trastorno de conducta comórbido con TDAH incrementa el riesgo de consumo de sustancias.

Los adultos con TDAH tienen tres veces más probabilidades de ser despedidos del trabajo, más cambios de puesto, menor valoración en el cumplimiento de su trabajo. Tienen mayores probabilidades de presentar multas por exceso de velocidad, retirada del permiso de conducir, accidentes con daño físico (Barkley et al., 1996 ).)

Los signos del trastorno pueden ser minimizarse cuando la persona experimenta gratificaciones frecuentes por el comportamiento adecuado, o mientras se halla bajo un control muy estricto, en una situación nueva, dedicada a actividades especialmente interesantes o en una situación de relación personal de uno a uno.

En el caso de los adultos con TDAH cabe señalar los síntomas propios de la inatención:

Se distraen con facilidad por información del exterior.
No prestan atención suficiente a los detalles.
Tienen problemas para mantener la atención en las tareas.
No siguen correctamente instrucciones.
Cometer errores por inatención.
Pierden objetos.
No escucha cuando le hablan directamente.
Dificultades de organización y planificación.
Despistes frecuentemente.
Evita tareas que requieran esfuerzo mental.
Tendencia a posponer obligaciones.
Dificultades para interrumpir sus actividades o conducta cuando debería hacerlo.
Empieza proyectos o tareas sin leer o escuchar las instrucciones.
Cumple mal lo que promete.
Es propenso a fantasías y ensoñaciones cuando debería estar concentrado.
Problemas para planificar o prepararse para acontecimientos cercanos.
No puede persistir en las cosas que no le interesan.
Síntomas propios de la hiperactividad/impulsividad del adulto:

Se sienten intranquilos, inquietud subjetiva interior.
Precipitan las respuestas.
Dificultades para esperar turno.
Interrumpen, se entrometen en actividades de otros.
Dificultades para participar en actividades lúdicas con tranquilidad.
Movimiento constante cuando está sentado.
Dificultad para permanecer sentado.
Hablan continuadamente.
Sensación de “motor interior”.
Dificultad para estar tranquilo como los demás.
Interrumpen conversaciones de otros.
Toma de decisiones impulsivamente.
En el caso de los adultos cobra especial importancia el tratamiento psicológico pues, a pesar de la elevada efectividad de los psicofármacos, no suelen ser suficiente para resolver conductas disruptivas. Además, no olvidemos que suelen existir trastornos comórbidos que condicionan el cumplimiento del tratamiento. El adulto con TDAH debe ser informado adecuadamente de lo que significa tener un TDAH para conocer la interferencia del trastorno en su vida diaria, así como para detectar sus propias dificultades y plantearse sus objetivos terapéuticos. También es importante que conozca a otras personas afectadas para aprender estrategias y formas alternativas de afrontamiento. En la Fundación Ingada organizamos Grupos de Ayuda Mutua con esta finalidad.

En resumen, el programa de tratamiento del TDAH adulto debería incluir:

Rehabilitación neuropsicológica,Psicoeducación personal y familiar,Tratamiento Farmacológico Y Apoyo vocacional.

Fuente, Fundación Indaga.

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