La distorsión de la imagen corporal es un fenómeno psicológico en el cual una persona tiene una percepción inexacta o distorsionada de su propio cuerpo. En otras palabras, la forma en que una persona se ve a sí misma difiere significativamente de cómo realmente aparece físicamente. Esta distorsión puede manifestarse en diferentes formas, como verse más grande o más pequeño de lo que realmente es, concentrarse en aspectos específicos del cuerpo y exagerar su importancia, o tener una percepción negativa o distorsionada de la apariencia en general.

La distorsión de la imagen corporal a menudo está relacionada con trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno de la alimentación selectiva. Las personas que sufren de estos trastornos pueden tener una percepción distorsionada de su cuerpo que contribuye a sus patrones de comportamiento alimentario y a su relación con la comida.

Además de los trastornos de la alimentación, la distorsión de la imagen corporal también puede afectar a personas que no tienen un diagnóstico específico de trastorno alimentario. Factores como la presión social, los estándares de belleza poco realistas promovidos por los medios de comunicación y la comparación con otras personas pueden contribuir a una percepción distorsionada del propio cuerpo.

El tratamiento de la distorsión de la imagen corporal generalmente implica un enfoque multidisciplinario que puede incluir terapia cognitivo-conductual, terapia de grupo, terapia familiar y, en algunos casos, tratamiento médico y nutricional. El objetivo es ayudar a la persona a desarrollar una relación más saludable y realista con su cuerpo, mejorar su autoestima y aprender a manejar la presión social y los desencadenantes emocionales que contribuyen a la distorsión de la imagen corporal.