VIOLENCIA VICARIA

Aunque son casos que nos asombran y que nos cuesta imaginar que se produzcan, porque van contra natura, contra el sentimiento de protección que, por naturaleza, sienten los padres hacia los hijos, lo cierto es que en ocasiones, los medios de comunicación se hacen eco de casos de homicidio o asesinato, de niños menores de 18 años, a manos de sus progenitores, bien el padre, bien la madre, o bien por los dos progenitores de común acuerdo, o de uno con la colaboración o consentimiento del otro.

Es incomprensible para una mente «normal» que unos padres sean capaces de causar daño a sus propios hijos, seres indefensos que necesitan de su protección, pero por desgracia, estos casos existen y no son ciencia ficción.

Hace unas semanas se puso en contacto conmigo, a través de la web, una estudiante de periodismo que quería hacerme unas preguntas sobre la violencia vicaria, sobre si era recogida como tal en nuestro Código Penal.

La violencia vicaria es un tipo de violencia intrafamiliar que incluye toda aquella conducta realizada de manera consciente para generar un daño a otra persona, ejerciéndose de forma secundaria a la principal. Dicha violencia es una forma de maltrato infantil que puede ir de la visualización y presenciación por parte del menor de agresiones por parte de uno de sus familiares a otro o por el padecimiento de agresiones directas como método para causarle un perjuicio.

En muchos casos el hijo o hija es utilizado de manera instrumental con el objetivo de hacer daño al auténtico objetivo de la violencia, la pareja.»

Y en los casos más extremos puede llegar a la muerte del menor.

Interesada por el tema me propuse analizar aquellos casos de homicidio o asesinato de niños, provocados por sus progenitores, que se hubieran recogido en el repertorio Jurisprudencial de WESTLAW ARANZADI, para ver si podían encuadrarse dentro del concepto de violencia vicaria.

Introduje en el buscador dichos conceptos (homicidio, asesinato, hijos) apareciéndome un total de 24 sentencias, aunque existen muchas más, las bases de datos hacen una selección de algunas de ellas. Todas las analizadas versaban sobre asesinatos, homicidios o intentos de ellos de progenitores hacia sus hijos.

De esas 24 sentencias, 9 son asesinatos cometidos por madres y 11 son cometidos por padres.

Más 4 que son cometidos por la pareja. Bien de común acuerdo, bien de uno con el consentimiento del otro o sin su oposición. (La sentencia de Asunta todavía no estaba introducida en la base de datos a fecha de mi consulta).

De estas sentencias, 4 del padre sobre los hijos pueden considerarse, por los datos que se ofrecen en la sentencia, como violencia vicaria, entre las que se encuentra el famoso caso Bretón y el del parricida de Carabanchel. Aunque en dicho texto no se recoge dicho término. Y 1 de la madre sobre los hijos, el caso que tuvo tanta repercusión de Murcia. La madre que estranguló a sus hijos con el cable del teléfono.

El resto son otros los motivos que provocan tan fatal desenlace.

En el caso de las mujeres se encuentran las siguientes motivaciones, deseo de libertad, depresión, locura o suicidio ampliado.

En el caso de los hombres, trastornos psicológicos, alcoholismo, malos -tratos hacia los menores y hacia la pareja etc.

Y en los cuatro casos en que son ambos los que participan en los hechos, uno se produce por un deseo de suicidio ampliado a toda la familia, otro es agresión sexual del hombre a una niña discapacitada con el consentimiento de la madre que es condenada por comisión por omisión y otras por dependencia emocional de la madre hacia su pareja que no evita el resultado de muerte de sus hijos.

Las sentencias consultadas son tan sólo un botón de muestra, en los últimos tiempos se han conocido algunos casos más, a través de los medios de comunicación, pero que todavía no han sido juzgados. De cualquier manera estos casos no son muy abundantes en número, aunque lo ideal sería que no se produjese ninguno. Los menores ya son víctimas de los malos tratos sólo por el hecho de convivir en el mismo domicilio donde se producen y presenciarlos, pero la violencia vicaria es un paso más en esa situación, pues son los propios niños los que reciben esos malos tratos en primera persona, pudiendo llegar incluso a la muerte. ¿Con qué finalidad? La de perjudicar y dañar al otro progenitor, que por regla general suele ser la madre. El maltratador con esta acción se asegura que va a destruir totalmente a la otra persona, que va a tener que vivir con la ausencia de sus hijos y con la carga de si habrá sido responsable por sus actos de ese suceso.

Por todo ello debemos seguir luchando por erradicar cualquier tipo de violencia, pero sin perder de vista la gravedad de la violencia machista que tantas víctimas provoca.

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